No es frecuente encontrar a alguien que no solo termine tus frases, sino que también te ayude a decirlas mejor, con amor y paciencia. Hemos compartido domingos tranquilos en el sofá y tardes de verano corriendo sin rumbo, pero lo que más disfrutamos es simplemente estar juntos. Lo que comenzó como una amistad sincera, poco a poco, sin que nos diéramos cuenta, se transformó en algo más profundo, más verdadero. No fue casualidad. Fue el destino abriéndonos camino hacia este momento: el de prometer que seguiremos eligiéndonos, todos los días, por el resto de nuestras vidas.
Juan Luis & Ana
Nuestro amor no comenzó ayer, pero sigue creciendo como si acabara de empezar… porque después de tantos años, aún elijo amarte cada día.